Existen distintas definiciones y motores de innovación. Algunos de los más conocidos son tecnología, creatividad, disrupción, cambios de procesos y cultura en el área de trabajo. Otro motor importante, pero poco mencionado, es el espacio físico de trabajo. Aunque parezca que una oficina sea algo trivial para trabajar, es un factor altamente influyente en la calidad de trabajo.
Por años, oficinas han sido construidas pensando en espacios individuales para permitir que gente se concentre y trabaje. Mientras que para algunas ocupaciones esto puede funcionar, a la hora de buscar innovación, este acomodo y manera de no es lo más recomendable. Poco a poco algunas empresas han cambiado sus espacios para ser más inclusivos e incentiven el trabajo en equipo. Sin embargo, éste único factor no es suficiente para incentivar innovación. Además de buscar el trabajo en equipo y colaboración, es necesario estar en contacto con nuevas ideas, productos y servicios que realmente reten el status quo de una organización. Así como hay gente que viaja a ferias y a otros países para ver tendencias innovadoras en su ramo de negocios, es necesario empapar al resto de la organización del mundo que está sucediendo mientras trabajan.
Una buena manera en que empleados de una empresa puedan estar en contacto con nuevas tendencias es compartiendo con otras personas fuera de su organización a través de espacios abiertos. Con las nuevas tendencias de trabajo en crecimiento, tal como es como autoempleo, freelancing y emprendimiento, han surgido una variedad de espacios y eventos que permiten vinculación entre gente de todo tipo de perfiles. Como consecuencia, se generan relaciones que generan valor para ambas partes.
Aunado a que esta modalidad de trabajo ayude a generar innovación interna, la tendencia a la descentralización de espacios de trabajo es a la alza. Esta descentralización permite que gente pueda estar trabajando desde casa o en distintos espacios acortando tiempos de traslado y teniendo horarios más flexibles. A su vez, esto incrementa calidad de vida que se traduce en mayor felicidad, la cual tiene efecto positivo en productividad. Para corporativos, tener espacios de trabajo en diferentes puntos estratégicos en una ciudad presenta conveniencia no sólo para crear relaciones productivas, si no para poder tener flexibilidad a la hora de reuniones o sesiones de trabajo.
La apertura de corporativos a promover que sus empleados trabajen en diferentes espacios permitirá que se empapen de nuevo conocimiento a través de relaciones. Sembrará curiosidad y creatividad en ellos, lo que se convierte en cuestionamiento y luego en propuestas, que son factores esenciales para innovar. Estamos en una época en la cual la forma de relacionarte puede ser la diferencia entre innovación o permanencia. El lugar de trabajo puede ser determinante para crear estas relaciones.
Mauricio Ballesteros
Dir. Financiero de The Pool